San Fernando de Atabapo. Primera Capital

LLEGADA DE LOS CONQUISTADORES ESPAÑOLES A LA CONFLUENCIA DE LOS RIOS ORINOCO, GUAVIARE y ATABAPO

La historia de Atabapo, data del 22 de febrero de 1758, cuando la expedición de límites conformada por los conquista¬dores españoles JOSÉ SOLANO, APOLINAR DÍAZ DE LA FUENTE Y JOSÉ lTURRIAGA, llegan a la confluencia de los ríos Orinoco, Guaviare y Atabapo, en donde se encontraba un asentamiento indígena de los Guaipunavi, liderizado por el cacique Curuzú. Hombre de una fuerte musculatura, parecida hoy en día, a la de los miembros de la etnia Yekuana, pero con una sobresalien¬te disposición receptiva a los navegantes de la época que tran¬sitaban temporalmente aquellas bellas y atractivas aguas que los aborígenes consideraban de su entera naturalidad, por ser ellos herederos de los primigenios pobladores de la humanidad, en esta antigua tierra del universo.
La población que existía para esa fecha del año 1758, en el lugar y su entorno, era aproximadamente de 65 habitantes, todos indígenas, porque los hombres blancos que se establecen en el lugar del cacique Curuzú, fueron los comisarios expedi¬cionarios y acompañantes de JOSÉ SOLANO; no pasaban de 35 personas en la parte inicial de la conquista española, para la designación y fundación de "La Villa de San Fernando del Río Atabapo", nombre y título que estilaba la colonia el de "La Villa", en cualquier parte de la posesión española, en la hoy República de Venezuela.
San Fernando, su nombre se origina, en honor al Rey Fer¬nando VI de la época, y Atabapo por la admirable confluencia de las aguas rojizas del río Atabapo. "Ataba", ~e origina por el prefijo palabrístico en homenaje al indígena de nombre "Ata-, ba", y, "Po", establece dentro del mismo concepto lingüístico Guaipunavi, la significación de relevante y grandioso", con lo se pueden citar los ejemplos de los sitios: Cataniapo, Sipapo, Samariapo, etc., etc.
Estos personajes españoles" venían desde el océano, en¬trando por el Delta del Orinoco y el río Amazonas de Brasil en" embarcaciones adaptadas al mar, pero no cónsonas para la navegación fluvial de nuestros ríos en donde se encontraron muchas dificultades en esta misión. Podemos mencionar como ejemplo de no muy grata redacción, como fue el caso de los raudales de Atures y Maipures; que respectivamente se deno¬minaron Mapara y Quituna, antes del siglo XVII. Aquí en el primer raudal, murió ahogado el explorador Fernando de Berrío en el año de 1629, en busca del mito de "El Dorado", e1 cual fue", ideado en forma muy inteligente por los aboríge¬nes, y seguido, por la imaginativa codicia de los conquistadores de la época. Al conocer este rumor, fueron crecientes las expediciones que se encontraban en esta tierra, y los indígenas para quitárselos de encima, y desviar la molestia, permanente en esta materia, les indicaban que "El DORADO" quedaba hacia el norte, el sur, el este, o el oeste.